Con las alas rotas está hoy mi alma,
llegaste a mí, con una vil despedida.
¿Qué hacer?, me dije, sin saber qué
decir, sin poder descifrar mi sentir.
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Miro al ayer y sufre aún mi corazón.
Al mentir dejaste abierta una herida,
Miedo hay en mi cuerpo nostálgico.
En la fría aurora su latir me despierta.
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Es dolor, es amor, me suelo preguntar.
Te fuiste sin darme siquiera un adiós.
¡Vaya manera de ofender a un alma!
No sabés cuánto sufrí por esta pena.
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Mi corazón se resiente ante la verdad;
No encuentra sosiego esta pobre alma.
Este corazón triste compañero suspira,
Le hace falta una verdad no la caridad.
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¡A todos podés engañar, pero al corazón
que sufre tú lejanía, no, él tiene su razón!