Raiza N. Jiménez E.

Mi sufriente corazón.-

Con las alas rotas está hoy mi alma,

llegaste a mí, con una vil despedida.

¿Qué hacer?, me dije, sin saber qué

decir, sin poder descifrar mi sentir.

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Miro al ayer y sufre aún mi corazón.

Al mentir dejaste abierta una herida,

Miedo hay en mi cuerpo nostálgico.

En la fría aurora su latir me despierta.

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Es dolor, es amor, me suelo preguntar.

Te fuiste sin darme siquiera un adiós.

¡Vaya manera de ofender a un alma!

No sabés cuánto sufrí por esta pena.

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Mi corazón se resiente ante la verdad;

No encuentra sosiego esta pobre alma.

Este corazón triste compañero suspira,

Le hace falta una verdad no la caridad.

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¡A todos podés engañar, pero al corazón

que sufre tú lejanía, no, él tiene su razón!