En las horas imprecisas del atardecer
cuando en el pequeño alhajero el deseo
despierta Solícitos sus labios aletean
atrayendo las aves de sus manos
Caricias enervantes los pétalos despejan
la boca llega, labios dientes lengua
Una danza alocada, caderas y suspiros
Fluyen intensos se derraman los goces
A su amante recompensa con el beso
de la boca con el suave mordisco para
ultimarlo luego con su bravía monta
#PoetaUrbano