A tu cuerpo lleno de encantos voy sujeto,
aprisiono para verme, a la vez: tu gran deseo;
somos seres que se llaman a lo lejos,
para fusionar sus almas alejadas a poseso.
La distancia su funde con las ansias,
ya quiero tu cintura entre mis manos,
y tu deseando mis besos y caricias,
ya estos recorridos sin tocarnos, se hacen vanos.
Freno el carro; y yo con desenfreno,
atento solo al fuego de la amante cita,
y dentro de aposento solo espero; lleno,
de algo inexplicable y que mi sangre necesita.
Calor tan excitante a punto del encuentro,
detonan mis entrañas cuando de la puerta escucha,
se abre cerradura y tú mi amor ya adentro.
Empieza la secuencia de amor en carne amante,
en dos almas fusionadas en esta cita avante.
En un sitio de Levante.
Lic. Isaias González Arroyo