Naciste en mí, y mi corazón no te olvida,
el olvido vive en el hogar de la nada,
lo que empieza vacío, vacío acaba,
no así, tu amor que es perenne en mi vida.
No hay distancia para un amor puro,
son las leyes físicas, las que separan,
las emociones en otras leyes se amparan,
su fortaleza derriba cualquier muro.
Siempre estarás delante de mí, sin ser,
te veo en el telescopio de los sabios,
siento tus tiernos y suaves labios,
y olfateo tu perfume, como la última vez.
Es tu clara imagen la que advierto,
la que siempre me ha abrigado,
la que me mantiene esperanzado,
hasta que llegue el momento cierto.
De vernos, de sentirnos deseados,
de volvernos a separar, con ojos mojados
de lágrimas, por estar enamorados,
por amar intensamente, por ser amados.
José Antonio Artés