Por respirar despacio en el viento
se impregnó mi piel con tu perfume,
habité en la soledad del tiempo,
remota es la edad que se consume.
Para escuchar la voz de mis adentros
quise nacer y morir en un instante,
pronuncié en voz alta, tu nombre con acento,
aprecié tu cuerpo desnudo por delante.
Al rozar mis labios las huellas de tus besos
parpadeé en el aire hasta quedarme sin aliento,
recordé distante y soñé con el regreso,
para adueñarme solo del asedio de tu cuerpo.
Al fin el viento sopló en mis oídos
y entonces supe esperar en la distancia,
la luna sale y alumbra este rocío,
prometo hacer de este amor, una constancia.