Tu llegada.
Mi niña preferida. Un día compartiste un lugar pequeño en mi cuerpo, ofreciéndome el mejor de los regalos.
Hoy quisiera ser yo la que ofrezca el que nadie tenga, pero no sé como dártelo. Siempre has tenido mi amor sincero si artificios ni falsas.
Se, que no soy la mejor madre del mundo, pero es la única que tienes y eso me da prioridad ante cualquier madre que pudieras desear, me tendrás que soportar hasta el final de este camino.
Cuando llegaste, como una hermosa rosa, llena de vida, con tu carita linda y tu ternura, mi cara se iluminaba mirándote, era lo más emocionante del mundo, cuando te daba de mamar y con tu manita pequeña agarraba mi pecho, festejando lo que te pertenecía.
Con tus ojos grandes y sonrisa amplia, llenaste mi vida, de nuevas esperanzas
Contigo llego la ilusión y las fuerzas para continuar mi transitar, para hacerme la vida más grata.
Mi mundo se hizo más amable, iluminando mi aura de extraordinarios reflejo de amor.
Pan bendito fue tu llegada, los recuerdos, hoy me sumerge en un entrañable encuentro, tú y yo que damos separadas después de nueve meses de sentirte en mi interior, fue mi sangre la que te dio vida y tú a mi esperanza.
Aquella niña es una bella mujer, admiro tu honestidad, sapiencia y entereza, ahora eres tú la que, me guía, me aconseja y me calma.
Eva querida, siempre será mi bebé aun que, no pueda acunarte en mi regazo.
Tu madre orgullosa de serlo, TE QUIERES.
Carmen.
Granada 25 de julio de 2021