¿Quién, será el dueño de sus pensamientos?
Sonreiría, si tan solo, acariciarían mi mente.
su exuberante cuerpo, me tiene demente.
Es la mujer que quiero vestir con mis besos.
Y desnudarla; prenda a prenda con caricias.
Y si digo, que ya la conquisté, completamente.
Pero en su castillo, las paredes han cobrado vida.
Muros con potentes oídos, atalayas de pasiones.
Altozanos atestados, alerta, de nuestros ardores.
Yo soy el dueño de sus pensamientos y candores.
Pero en su gran castillo, el amarnos...
...Está prohibido.