Sobre mis ojos se posan las horas que no existen
En los espacios vacíos, en el silencio de los nombres
Los párpados cerrados, agrietando la noche
Sobre el umbral que dejó tu figura junto a la ventana
Sobre mis besos se posa tu nombre
Como la plegaria que brota de la boca
Donde acude la expresión del viento
Para escuchar tu raíz llamarme en secreto
Sobre mis manos se posan las caricias
Que acuden ingenuas a tu amanecer entre sábanas
Despertando al alba inquieta de abrigos
Descubriendo la vida entre suspiros de asombro
Sobre mis versos se posa tu esfinge
Revelando en prosas la desnudez de tu entrega
Palpitando secretos, palabras,
Escribiendo la rima inocente que descubre tu alma