No he de soltar
el tiempo que se ha hecho gris
entre el hueco de mis manos
perdiendo el olor a anís.
No dejaré
que se extingan los deseos
de mi boca por la tuya
hasta que estés de regreso.
El viento suave,
entristecido murmura
palabras incomprensibles
que con ráfagas se anudan.
Busco atraparlas
mas se me escapan hábilmente,
decido seguir aquí
hasta que recapacites.
Regresa tú,
porque yo nunca me fui,
pero no tardes, cariño,
que un día podría partir.
Anna Gutiérrez