Un señor de piel negra
soñaba con que blanqueara
así su destino fuera
fácil de noche se hallara.
En cambio el de piel blanca
quería se oscureciera
para quien viera su anca
rugiera como una fiera.
El primero se quejaba
tener negro su destino
ya que todo le oscuraba
hasta su trágico camino.
El blanco ya recitaba
el sol no oscurece mi piel
solo fuerte la quemaba
quedando caliente como riel.
Una niña blanca conocí
pues quería mimetizarme
alegremente le ofrecí
solo con ella casarme.
En una negra noche lloraba
por tomar de ella su color
una petición rezaba
que se concediera el favor.
Sigo como breva madura
colgando como señuelo
que alguna criatura
me recoja desde el suelo.
En un túnel me adentré
mirando su intenso color
con miedo me allegué
al no divisar una flor.
Ambos se juntaron
en un colorín colorado
Así los dos comentaron
seamos como Dios nos ha creado.