SIN ALARMAS
Qué extraño. Yo no siento en mi cabeza
hoy los ruidos. Junté en el desayuno
el almuerzo y en clara despereza
noté en falta mi sueño inoportuno.
Pensé, se esparce el tiempo de riqueza
viajando desde el sol hasta Neptuno,
incluso pude ver la fortaleza
de un cerebro que nada en el ayuno.
La musa dio el presente con el fuego
encendido en la hoguera estando al lado
un tesoro que olvido ser mi ego.
Disfruto sin alarmas. En un prado
se convierte el silencio de un sosiego
cuando sigue al domingo algún feriado.