Nos reencontramos un día, un minuto, es el más bello momento, que atesoro como un inmenso regalo del paso del tiempo, viviendo en paralelo al destino, me viviste entre tus brazos, en dónde terminé sin aliento, y también te pude vivir, te pude sentir, ser por un minuto tu mejor complemento, para alegrarnos hasta reír, para ser siempre mi primer, mi último y mi mejor pensamiento...
Para llegar a ese instante, tan increíble, tan relevante, para un corazón que soñó antes ese instante, eres increíble, fue un minuto tan nuestro, dónde supiste desnudar mi alma, para ser vida, para ser amantes... si, así se sintió... Con tu delicadeza en el amor, dónde me desnudaste de a poco, suavemente y con la calma de un navegante, hasta llegar a entregarnos el corazón, que fue lo más importante...
Yo desnude tu corazón, surcando tu piel en plenitud, con mis manos insinuandose en tu íntima sensación, con el todo absoluto de tus labios, con una sofocada respiración, con la mirada perdida en ti, mientras un beso nos atrapa dentro de la pasión...
Me incrusté en el pasadizo que me condujo a tu presente, atravesando las capas que rodean la razón en tu mente, y fue increíble, vivo, hermoso, el preciso instante cuando entre en tí y me enamoraste de forma permanente...
Sentí la búsqueda del ayer que traspaso las sensaciones al presente... Tú desnudaste mi alma y mi cuerpo, yo desnude tu alma y tu cuerpo, para hacernos el amor y fue llenito de ti, llenito de tu hermoso amor tan valiente...
Te encontré en el aroma, te transpiré en el sudor, te hice sabor en mi vida, que sin pensarlo, nos entregó un instante llenito de pasión...
Y estoy sintiendo tú palpitar, coloreando el tatuaje de tú piel, porque somos uno en el andar, con tú respiro envuelto en rocío de clavel...