Recuerdo la primera vez que toque tu piel
en medio de besos náufragos
con manos de caos
escondiéndose
huyendo entre los botones
de la blusa
descubriendo los territorios
desconocidos de tu cuerpo
recuerdo haber llegado
por debajo del pecho
a la suave planicie del vientre
cuando se desataba la tormenta
extasiada de tu lujuria.
Y yo solo podía seguir tocando
descubriendo tesoros
fabulosos, que sabía existían
y ya eran míos.
Ahora recuerdo
lo extraordinario de ese tiempo
Tus ojos compitiendo con el mismo sol
rodeados de un cielo de cabellos
la sed del mar, en cada beso
y esas manos que como pájaros
migraban en mi continente.
Recuerdo todo esto
mientras el silencio nos abarca
con una sensación de profundo amor
mientras anochece en nuestras vidas.