No sabría definir la felicidad,
la calma, que siento al oírte.
No sabría explicar la alegría,
la dicha, que me da tu presencia.
Te siento caminar por el pasillo,
furtivo, animado, ágil y grácil
con tu elegancia y tu delicadeza,
mientras sonrió desde la cama.
Sé que es la hora de despertarme,
te encargas de recordármelo, siempre,
juguetón y ansioso por salir al mundo,
anhelante de compartir el momento.
Eres el amor mas puro, más sincero,
un cariño inconmensurable, infinito,
la fidelidad absoluta, el abrazo cierto,
el sentido del todo, ese es mi perro.