Atento al flujo de tu sombra
y el perfume de musa dormida,
en cansancio de esperanza tardìa,
clama tu amor y te nombra.
Serè pastor del rebaño herido
y huracàn de lava en sùplicas,
que marcharàn de mi figura ùnica,
como aves que vuelan sin vestido.
Romperà el viento en suspiros
de ardiente rubì y oriental safiro,
para abrazarte cuando llueve.
Vestirè de ti mi alma de cielo
con abrazos de hierro en coraza
y un pedazo de nube, serà mi consuelo.
LUCIA