A las cinco de la tarde
entre rosas y claveles
pasaba la cabalgata
atravesando la calle
no era de alegre fiesta
era de tarde y de luto
una carroza llevaba
a una dama muy hermosa
toda vestida de blanco
y recubierta de rosas
lleva los ojos cerrados
y dos curas la acompañan
detrás los acompañantes
todos con caras muy serias
van cerrando una plegaria
por la dama que se ha ido
Dime tú viejo amigo
porqué no sonríen los muertos