Que hermoso detalle me diste hijo,
el día de la madre, al traerme una
serenata, hasta baile contigo; tú felíz,
yo alegre, pero nunca me imaginé
que era como una despedida. Hoy
llevo en mi corazón ese hermoso
regalo, aunque mi pena estará por
siempre en mi pecho, hasta que un
día cualquiera, lo encontraremos
alla en la eternidad ó llamado cielo,
con Dios, pero se que eres ángel
de mi guarda, que desde allá obtengo
tus bendiciones mi hijo amado.