A mi pequeño piloto, le enseñe…
Que, sin un avión, podía volar…
Que cuidarse solo, es gratificante.
Y que soñar… sin realizar, es sofocante.
Le enseñé, a ser su guía.
A volar seguro, toda su vida.
Por un mundo insensible,
Sin tanque de combustible.
Altímetro, barómetro sensible.
Como Él, no hay dos.
Su seguridad...
Le pido siempre a Dios.
Yo, soy ahora el niño,
Y Él...
...El padre que me enseña.
Apasionado, soñador...
Aprendió, a ser, como el leñador,
A derribar la oscura nube gris,
Como la más blanda madera.
A Él, le enseñé a volar…