En la madrugada quieta
cuando todo permanece callado y suspendido
en cada rincón tras los muros y paredes solitarias
sombras acechan cargando el de presagios el ambiente
Entonces cualquier roce o sonido
cuanto más lejano retumba en mis oídos
y ante las amenazas invisibles que me rodean
arropándome de los pies a la cabeza con su sudario
como si fuera santo y seña musito un nombre hacia el norte
Mi cuerpo de papel es tan frágil
que podría un solo recuerdo estrujarlo
y mi mente busca en algún momento desprenderse
no importa si como águila, pez o simplemente hoja fuera
y que el nombre musitado atravesara los confines de la Tierra
convocando al invicto y noble jinete que le librara de tal suerte
Entre esos muros donde aguardan los esbirrios
bajo esos postes que bañan de tétrica luz amarillenta
las calles y contornos donde día a día el egoísmo y la discordia
emponzoña voluntades liberando esos esbirrios del demonio que me clavan
sus burlonas miradas, listos para saltarme encima a dentelladas y rasguños
al mirar hacia el cielo tan oscuro, de pronto una nube se disipa revelando por un segundo
el titilar de una estrella diminuta que parece decirme en un guiño: \"no temas más, ya viene\"
Pueden nunca los días ser perfectos
pueden ser tiempos de constantes viscitudes
de sentir clavados los gélidos colmillos de un engendro
pero cómo sostienen las alas de un cisne blanco que se acerca
de algún lugar para nos luminoso y prometido
en su lomo trayendo a la vez al ángel y l guerrero
para uno su corazón rebosante de valor y dulzura a ofrecerse