Soñé que me encontrabas, aunque para mí seguías estando perdida, oculta entre tanta hojarasca que dejamos caer en el camino.
Soñé que me buscabas abriendo la puerta que habíamos cerrado con los años de los días desde ayer, aunque yo no te busqué ya que nunca te creí perdida.
Soñé que te escuchaba al leer las palabras sordas que escribías para mí, aunque mis oídos quedaron sordos cuando te marchaste.
Soñé que me mirabas a través del espejo, mientras yo, ciego me ocultaba detrás de una catarata que caía bajo mis párpados impidiendo mirarte más.
Soñé que me tocabas extendiendo tu mano hacia mí sin alcanzarme nunca y menos sentirte ya, porque tenía mis manos atadas desde que te fuiste.
Soñé que me soñabas hasta que desperté.