Raiza N. Jiménez E.

Mi Serenatero y su Historia.-

En tu corcel de cantos

te veía y me parecías un

bello indio, con piel de bronce.

Fuerte, travieso y  atrevido,

te presentaste ante mí.

Mi  ideal: el hombre que

 yo amaría, hasta  la vida

 y hasta la muerte.

!Mi hombre!

 ***

Esta chiquilla imberbe

no pedía más, tú lo eras

todo, mi todo. mi ídolo,

mi cosaco,  el danzarín.

 El  joven pícaro e inquieto

que me guiñaba el ojo, 

en esa señal de: me gustas,

 te quiero y nos queremos.

¡Ahora, nos entendemos!

 ***

¡Tú fuiste Ese, mi Este!

Mi caballero de salón,

mi marinero de tierra,

mi trovador en el amor.

Mi único y final amor.

*** 

¡Nada  y todo me unió a ti!

El lenguaje de las sonrisas,

de las miradas cómplices

y un beso frugal robado,

en el apuro de un: hasta luego.

De un adiós que nunca más

fue hasta luego.

 ***

Esa fugaz despedida,

selló en mí, el pacto sin fin.

El trato con un amor que sería,

 el amor que nunca fue

y  que nunca se fue .

 ***

¿Por qué?

Es siempre tu pregunta:

 Yo no lo sé, es siempre:

 mi respuesta.