Y te fuiste tú. Y en soledad mis ganas
desahuciadas.
Anidará mi alma a un negro porvenir,
en este pecho muerto.
Serán mis noches sin la luna y sin el sueño
y despertaran mis días envenenados
de tristeza y del álgido desgano.
A tumba llamaran internos rezos
y negando el hablar mi boca muda;
aumento a mi dolor, profundo, recio
el vicio desgraciado y necio,
porciones sin medidas, para el olvido engaño,
perdido en feos rincones y junto con extraños,
mi ser en infortunio, trágico…
Y vendrá la muerte, soy su cliente, sin destino, pálido
solo, sin tus besos rojos,
sin el verde claro de tus ojos mágicos…
Y me iré sin ti. Con mi soledad insana,
triste, sombría, al fin culminada. Fin
Lic. Isaías González Arroyo