De los sueños, el más dulce sueño,
es tenerte de nuevo en mis brazos;
envolverte, en mil tiernos abrazos,
apreciando tu rostro halagüeño.
De los besos, el más tierno beso,
voy a darte en tus labios rojizos;
no importando, que lluevan granizos,
te daré un beso tierno y travieso.
De palabras se llenan papeles
cuando alegre te escribo una carta;
hoy yo quiero, que mi alma comparta,
el amor pintado con pinceles.
De sonrisas, se viste tu cara,
cuando el viento acaricia tu pelo;
y del viento, yo siento recelo,
por si al paso tu cuerpo tocara.
Como ríos con fuertes caudales
es tu sangre que corre en mis venas,
navegando, como las sirenas,
y mi amor desbordando a raudales.
Y tus ojos, como dos zafiros,
adornando tu tierna mirada;
la mirada, sutil y agraciada,
que provoca profundos suspiros.
De mis dudas, la más pulcra duda,
es que sientas lo que estoy sintiendo;
que leas, lo que estoy escribiendo,
porque mi alma inquieta se desnuda.