Al principio tu amor, ¡oh, poesía!, surcaba
sobre la faz de mi indiferencia-nada.
Al ser creada…
imagine, la soledad de torbellino-espejo en mí, al reflejarte
descubrí particular devenir, deseos insatisfechos, naturales
nunca al descubrirte y luego en la penumbra al encontrarte
esos instantes eternos, diferentes pero iguales
nunca, como ese primero
Una sola tierra, un mismo cielo
un desordenado abismo
cuando tus luces, iluminaron mis tinieblas
aquel punto infinito en el círculo del entorno y mi primitivismo
¡Un “Big-bang” de sentimientos proyectados en el tiempo !
había creado mi universo…
¡un alma y su conciencia!
en éste también tu universo-cuerpo
Me di cuenta que existías, y ¡yo contigo!
En cada cuartilla borroneada
Fue mi primer jornada.