Delmira, La Nena grande, que nunca creció.
La poesía era su escape y, su verbo atrevido.
En ellas volcaba su inmenso caudal no vivido.
Fue así, cómo la vigilancia parental, evadió.
***
¡Un león recluido crece en el dolor y mata!
***
Delmira, era la Diosa de la palabra amorosa.
Contundente y clara para escribir al amado.
A esta chica hasta el amor le fue censurado.
Deslindada de su Era fue una mujer fogosa.
***
¡Le fluían las rimas, ya que era, poetisa nata!
***
Rubén Darío, la leyó y alabó sus recios versos;
le respondió con alabanzas ante su bella prosa.
Hoy, es apreciada y admirada por el universo;
por su arte y por sus gracias, como una Diosa.
***
¡Aún sin conocerla, su poesía su primor retrata!
***
Elogiada fue por unos y atacada por manumisos.
Así, entre luchas, su vida y su poesía perfeccionó.
Y, aun teniendo amor su vida jamás fue un paraíso.
Relatan que, al final, su amado esposo, la asesinó.
***
¡Nació marcada por una cruz de la muerte en vida,
Ya que sus ductores, eligieron vivir por ella su vida!