Ojos de luna violeta
en un pabellón secreto,
sus orbitas titilaban
en el momento perfecto.
Las mareas fueron formadas
por sus palmas deslizadas,
el éxtasis subía y bajaba,
según la forma trenzada.
Aquel, ojos azules marinos,
de esta unida consorte,
a sus encantos desplaya,
terminando de aquel goce.
Y ojos de luna violeta,
buscan a su par marinos,
y en el post acto constata,
el fuego de amor divino. Fin
Lic. Isaías González Arroyo