el cefiro del austro no puede devolverle
las hojas a los arboles que ha arrancado,
ni el oceano del olvido puede devolverle
las lagrimas de los ojos que han derramado.
mis labios no pueden devolverle
los besos que los tuyos me han obsequiado,
ni mis manos pueden devolverle
las caricias que las tuyas me han ofrendado.
las abejas no pueden devolverle
el polen que las flores le han regalado,
ni en Angel del silencio puede devolverle
el canto al ruiseñor que al alborada ha trinado.
tus oidos no pueden devolverme los \"te amo\"
que tiernamente te he susurrado,
ni tu alma puede devolverme esos suspiros
que en mi soledad, por ti, he suspirado.