alupego (Ángel L. Pérez)

SOÑANDO, SIEMPRE SOÑANDO

SOÑANDO, SIEMPRE SOÑANDO



Se fue sin dar la espalda,

mirando al infinito,

congeladas las lágrimas,

por el frío del recuerdo,

y al sentir la mirada,

de los ojos de hielo,

comprendió que era huérfano,

el dolor en los huesos.

No respira la vida,

si tirita el aliento.



Cuando la vida abraza,

con sus brazos de hierro,

un suspiro se olvida,

y una voz sin sonido,

en el profundo pecho,

prisionera es del ruido,

del insondable abismo.

Cuando el abrazo ahoga,

ha cercenado el tiempo.



De matices se llena,

la seductora calma,

y en el silencio mismo,

de su tranquila estampa,

no se ha dormido el tiempo,

que se acuna despierto,

mientras la mente vaga,

en lugares desiertos,

que entre sueños escapan.



Compañera del alma,

la solitaria calma,

abreviada entre notas,

de profunda mirada,

suspendida se queda,

la viajera nostalgia,

y son las voces mías,

pero es dueña la vida,

del canto que me salva.



La soledad va conmigo,

del principio hasta el destino,

y abrazada a mí camina,

como un parásito altivo,

se aferra a nervios y órganos,

como la piedra a los ríos,

no se arredra ni se cansa,

no se seca, ni se espanta,

inquebrantable en su ritmo.



Canciones que hablan de penas,

otras de amores perdidos,

y sonatas que arrebatan,

por el son de sus sonidos,

primaveras que despiertan,

con sus vistosos vestidos,

y otoños que siempre vuelven,

con el marrón como abrigo,

gris el invierno se afana.



Amores de contrabando,

amores, que siendo orgánicos,

anidan en el espíritu,

que como ninfas danzando,

cantan hermosos sonidos,

soñando, siempre soñando.



Angel L. Perez

https://www.poemas-del-alma.com/blog/usuario-188210

03/08/2021