Lejos, viene de lejos,
donde nacen afluentes,
de los valles perdidos,
olvidados, de tan altos cielos;
huyen sobre las cálidas arenas,
del río adolescente,
cuya incipiente calma incontenible,
viene desde los tiempos a los tiempos
y desde el tuyo al fondo de mi mismo;
como curva que con la luz se comba.
Lúcida claridad, hoy el recuerdo
del cual somos el cauce.
¿Qué ladera se desgaja por sí misma?
ya se desborda el mundo de mi cuerpo,
en olas, en violentas cascadas
y vivo y estoy en la verdad más alta:
la carne ardiendo en alma
y el alma en carne viva
J.Plou