EDULCORADO O MALTRECHO
Se queda en blanco la página,
ensimismada se queda,
huye la musa con pena,
y el canto de la cigarra,
ya no suena, ya no suena.
Tan solo queda una pátina,
de mirarla y recorrerla,
y agazapado se hacina,
el lumen que la contempla.
Tesoros entre los sueños,
atrapados en el tiempo,
que un día se acariciaron,
con los atrevidos dedos.
Enigmas que siempre fueron,
los amores pasajeros,
la naturaleza viva,
y la mirada perdida,
en busca de un nuevo sueño.
Que no se quede sin tiempo,
la inspiración que palpita,
que no se rinda el coraje,
que no se enfríe la risa,
la luz no pierda su brillo,
que da fuego a las cenizas,
y la fuerza que alimenta,
desde dentro lo que habita,
rompa por fin las cadenas.
El lastre se va quedando,
en las riberas del tiempo,
deshechos de viejos barcos,
cargados de viejos sueños.
No hay desastre que persista,
que por otro o su gemelo,
reemplazarán al que exista.
No perdona el tiempo a nadie,
pero se renueva el aire.
La blanca página mira,
que se torna amarillenta,
los ojos presos la miran,
rostro cansado y sincero.
El tiempo lo difumina,
lo funde y lo remodela,
y así el recuerdo camina,
edulcorado o maltrecho.
Angel L. Perez
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04/08/2021