Sentado al fresco
apoyado en tu bastón,
con los ojos nublados
por el pesar de los años,
eres la estampa más fiel
que de mis recuerdos guardo,
símbolo de sabiduría,
paciencia y de bondad.
De ti aprendí, a las personas amar,
me enseñaste, de la Naturaleza,
cuantos secretos guarda,
aprendí a conocerla, a amarla.
De la vida,
muchas cosas me contaste
por otras tantas, te pregunté,
mas tú me respondiste,
esas otras
ella, te las enseñará,
es buena maestra
y tus deseos saciará.
A la mitad de mi camino,
tus palabras, hoy comprendo,
de lo que me quedó por saber
mucho ya he asimilado,
pero, aún más he de aprender.
Si un día, a tu edad, llego
mi experiencia he de guardar,
es ella la que enseña,
en este camino
los consejos quedan atrás,
de ti lo aprendí
ella enseñándomelo está.
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