Tenerte en pensamiento es grave peligro,
es pecar sin pecar.
Es imposible verte, casi tocarte,
sin transgredir los límites
de la moral de catecismo,
propia de un escolar.
Es volcánica tu presencia repentina,
sin dar tiempo para razonar;
y no hay humanamente
razonamiento alguno posible,
si de tu volcánica y humeante figura
las llamas del peligro
piden auxilio,
y no dejan pensar…
Frank Calle (4/ agosto/ 2021)