Hay un rincón oscuro y frío en la parte de atrás de mi habitación, me habla y dice que voy a por ti. Mientras me acuesto en mi cama en posición fetal, mis ojos están cerrados esperando y deseando. Quizás algún día mis sueños se hagan realidad, que no tenga que estar aquí tan deprimido y triste. La esquina sigue hablando de cómo voy a morir, lo único que puedo hacer es tumbarme y llorar. A medida que las esquinas se acercan y me encierran, mi alma comienza a arder al igual que mi piel y por que no morirse ya y se deja de sufrir tanto ¿A quien eso le importara? si no hare falta como quiera. Al pasar los días me volveré más y más en un recuerdo, días tras días me recordaran menos. Mis huesos ya se irán convirtiendo en polvo, y mi cama rodeada nada más que de óxido.