A penas amanece y voy
volando por el viento,
atravesando el mar, el sol
y el bello horizonte.
Mirando desde arriba
los hermosos girasoles.
En un vuelo tan alto,
donde no hay ruidos, ni
llantos. Donde todo es paz
y tranquilidad, donde
no existe el odio y menos
la maldad, sólo hermandad.
Es un mágico lugar, en
donde al sacudir mis
cabellos, miles de estrellas
de diferentes colores van
cayendo a mis pies, hasta
cubrir por completo mi cuerpo.
Y yo de pronto, no puedo
explicar, la felicidad que
eso a mi me da. Es río
y mar, es una corriente que
me atrae cada vez más y más,
tal cómo lo hace el imán.
Es un volar, volar y volar,
tan alto cómo la inmensidad,
pero aunque quisiera de aquí
no bajar, tengo que volver
a mi realidad. El olor de la
tierra húmeda, me gusta más.
¡Aquí me voy a quedar!
EVOLA.RL
5/8/2021 RD