Tajo o Guadalquivir,
tampoco Guadiana.
El río desciende humilde
de las cumbres lejanas,
los cantos de los pájaros
que lo acompañan
alegran sus riberas
y curan la nostalgia
de aquel amor vivido
que se fue con el agua.
En el agua del río
renuevo la esperanza
como hoja que navega
hacia la mar lejana.
Yo quiero como él
que fluya toda el agua
del fondo de mi pecho
hacia tu sed arcana
y saciarla con besos,
con sonrisas y lágrimas
de mi amor a tu amor
de mi alma a tu alma.
Tajo o Guadalquivir,
tampoco Guadiana.
© 2010