Arresto de cama...
¡Pululaban seres sin valentía!
Se bruñeron los chapetones
rasgando el oro antiguo.
Las jambas eran cuatro esbirros
carentes de fantasía.
El silencio amordazaba ahogado
al húmido implicado.
Arresto de cama...
¡Se enreja un edén por cobardía!