Creo que falta mucho por decirse y todo por hacerse.
Todo inició con una mirada,
una sutil timidez sin razón alguna,
una sonrisa compartida y un,
hola.
llevabas una jardinera a cuadros
y una voz en un concierto preguntas,
yo, en correspondencia,
un rostro vestido de sonrisas,
dos oídos a la expectativa
y una orquesta de respuestas a destiempo.
¿De donde eres?
-Soy de donde quieras.
¿Cuantos años tienes?
-para ti, los años que desees.
¿Me prestas tu cuaderno?
- a ti, te regalo mi cuaderno
y te encimo el diario de mi vida.
Cuando preguntaste,
¿A que dedicas tu tiempo libre?
Respondí dudoso que era un hombre preso de mi tiempo libre,
dedicado a ser un hombre un preso tras las rejas de la libertad,
Pero voy a confesarte algo:
dude de mi respuesta porque desde aquel momento,
quise ser un hombre libre de mi tiempo preso,
dedicado a ser un hombre libre tras la prisión de tus ojos.
aun había mucho por decirse, y todo por hacerse,
Por ejemplo:
-tus sonrisas son el sol mas bello
-tu ausencia, la noche mas larga.
-Tu voz, el canto del cielo.
-Tu amor, la nube mas alta.
Los versos no eran lo mío
hasta que sentí rimar mi corazón con el tuyo
en un poema de metáforas divinas.
Te hice tantas veces el amor entre mis versos
sobre los blandos colchones de un infinito deseo,
“concebir entre ambos, algo que fuera de ambos”.
Y cuando menos lo pensaste,
contemplaste por las calles de tu pueblo a un poeta enamorado
llevando entre sus versos a aquel que todos llaman,
(El primer amor).