Las estrellas dibujamos
con su brillo entre las manos
y por un error humano
no las podemos tocar.
Inventamos carcajadas
con el sol en las miradas
y por diez palabras malas
no nos podemos mirar.
Al calor de los amores
se arrimaban las canciones
y al oír ruidos feroces
no se quieren acercar.
Disparé un dardo certero
en el centro de tu ego,
no fue a posta y solo quiero
que me sepas perdonar.
Si no puedes perdonarme
lo comprendo, pero dame
la noticia que me calme:
No me vas a despreciar.