Llegados a este punto, sólo queda
pagarle nuestras deudas al destino;
estamos sentenciados, no hay camino
hacia la redención que andarse pueda.
No da para más vueltas ya la rueda
de un mundo maquiavélico y mezquino;
el hombre ha derivado en asesino
y Dios no aguanta más que se le agreda.
Llegados a este punto, ¿qué otra cosa
podemos esperar sino pandemias,
mentiras, eugenesia, terremotos,
vacunas, discusiones con la esposa,
desánimo, descrédito, blasfemias
e imbéciles vendiéndonos sus motos…?