Carlos Eduardo

Desde el primer día de la aparición del hombre comenzó la destrucción

 

Además de feo, hediondo y desnudo,

los demás animales huyeron despavoridos

ante su presencia,

se haría dueño y señor de todo

incluidos mujeres, niños, esclavos;

¡QUÉ ESPANTO!

Su espíritu maligno flotaba,

con paciencia de chino 

se hizo carne en un primate

mutando

con características identificatorias

únicas entre sus pares,

venía 

a devastar, arruinar, poseer, acabar,

era cuestión de tiempo,

...