Esto no es un poema, sino una reflexión sobre nuestra amada Poesía.
Creo que no escribí Poesía hasta los 17 años y, aún así, se podría decir que yo ya era poeta. Así como todo poeta que nunca ha escrito un solo verso. No porque me crea buena, ni mucho menos, sino porque creo que un poeta es alguien con un interior concreto, más que una persona que escribe un poemario. Alguien con un alma sensible, especial...
Hace mucho escribí un texto, \"Recuerdos Olvidados\", donde decía que sentía una especie de \"conexión entre épocas\" con aquellos que escribieron textos perdidos con el pasar de los siglos. Y creo que esto es así porque la Poesía está en todo, y es poeta todo aquel que sabe entenderla y apreciarla. Como dijo Bécquer: \"podrá no haber poetas, pero siempre habrá poesía\"; porque esta no son los poemas. No, la Poesía son las Musas, y ellas nacen de lo que la Poesía del mundo genera en nosotros: de los sentimientos.
Y los poetas son, quizá, los mayores guardianes de unos sentimientos que han sido comunes a todos cuantos apreciamos la Poesía desde el principio de los tiempos. Desde que alguien vio el primer amanecer y este le alegró el alma, desde la primera vez que se rompió un corazón. Siempre habrá menos poemas que poetas, y siempre menos poetas que Poesía. Y siempre, desde Espronceda a Bécquer, desde Emily Dickinson a Tolkien, Shakespeare, Calderón... hasta nosotros y todos los que vendrán, al leernos, nos entenderemos. Siempre que el mundo haga reír o llorar a un alma reflexiva, los poetas estaremos conectados por nuestra adorada Poesía, esa que nos da aliento, que es nuestra forma de vivir... Y así lo sentiremos.
Ana Álvarez Estraviz.