El eclipse de sol trae el augurio
de un sorprendente nacimiento,
una niña nacida del crepúsculo
sin esperanza, en un hogar fallido.
Se desdobla el viento y la niña crece,
entre cuentos y oscuras vivencias
se hace estrella en el firmamento;
ni el pantano pudo manchar su faz.
Sin opacar su mente con la belleza,
resulta ser todo un prodigio
aun disfrazándose de fruslería;
solo Dios sabe de su gran valía.
La ingratitud no mella su nobleza,
sus alas se extienden con grandeza
sabe usar sus dones con mesura;
el afán quebrado no daña su ternura.
Es la posteridad donde se encuentra
su anhelada recompensa, es por eso
que ya no busca desentrañar la magia
que se esconde en su inverosímil travesía.