Mi profesión es multimillonario, pero sucede que ahora no ejerzo, no practico, por falta de materia prima.
Quise saber cómo viven los pobres, los “sin techo” y fui a vivir con ellos, y me quedé.
Hoy vivo en la calle, al lado de un boliviano, que le ocurre lo mismo que a mi.
De vez en cuando viene una prostituta que ejerce en una calle cercana y que le doy pena y me alegra la vida.
Sigo esperando a tener el material preciso para poder ejercer mi profesión, que es lo único que sé hacer y para lo únicio que valgo.