Postrado en la arena caliente
de cara al sol vespertino
disfruto de nuevo en la playa
con alma alegre de niño
pues sólo a una corta distancia
dos ángeles juegan sonrientes
y arman castillos de arena
con pozos, torres y puentes.
Las risas se mezclan risueñas
con los rugidos del mar embravecido
la brisa acaricia mi cuerpo
y me voy quedando dormido,
me entrego al calor abrazante
de ese sol que irradia belleza
y cierro mis ojos curiosos
vencidos de loca pereza.
Así, entre niños constructores
de sueños y caracolas perfumadas
quedo a merced de Morfeo
y Poseidón que se asoma entre las aguas...
Tal vez tanta ternura infantil
o tan sólo el cansancio del día,
hicieron que no notara las horas
y durmiera en demasía,
pues calculando por el sol y el frío
además de la playa vacía,
algo hizo que despertara
de esa siesta de fantasía.
Primero una sensación extraña,
la de sentir el pecho oprimido,
luego un escozor interno
y dificultad en el respiro.
Entonces despierto pasmado
y al tratar de incorporarme
descubro horrorizado
que no puedo dominarme!
Encima de mi cuerpo hechado
se yergue un castillo de arena
con murallas y torrecitas,
ventanas y hasta bandera.
Un hormigueo recorre mi espina,
la picazón ya no se aguanta,
resultó que los dos angelitos
me enterraron hasta la garganta!!
Intento zafarme de a poco
pero tan sólo muevo la cabeza,
no importa, debo ser calmo,
ante todo tener entereza...
AYUDA!!SOCORRO!!AUXILIOOOO!!
estoy atrapado en la arena!
que alguien venga a sacarme
antes de plena marea!!
AYÚDENME!!AUXILIO!!SOCORROOOO!!
la arena me pica y me pesa!
cuando agarre a esos mocosos
no les quedarán pelos en la cabeza!!