Cosificados en el polvo castrado
De unos bolsillos altisonantes
Ubicaron tantos departamentos
Sus dientes y semblantes.
Cavaron en sus núcleos agujeros
Para retirarse cuanto antes.
Para que bajo el sustrato de sus déficits
No quede tierra que los tape.
Invocándose en la corteza de lo absurdo
Las ramas deshauciadas de sus árboles
De ese suelo ya sin vida
En el que se pudren sus males.
Tantos mapas de soliloquios
Como magma del desastre
Espacieron coaliciones unánimes.
Tantos sulfuraron sujeto elíptico
En la alquimia de sus pedestales.
Y todo sigue, corre y vuela!
Así que callen! No sientan pena!
Con sus orificios pedulantes carguen
Como intransigentes dolores de muela.
En la bruta conspiración de sus tinieblas
Esquiven arcángeles de piedra!
Y se haga visible el coágulo bendito
De su intrascendencia en hito.