Desnuda tu risa todos mis quebrantos.
Le robo tiempo al tiempo cuando te oigo.
¡Oh! majestuoso fragor de pájaros,
danza volátil del sonido a mis oídos
que lleva cantos como de abril
lebreles de fuego, centellantes en su ladrido,
como trueno que fustigaran al inmenso cielo,
¡oh! ruido supremo de mi universo,
que mancilla mi pecho, con sonoro eco
rastrojo de alegría que también me hace feliz.
sigue riendo convierte en agua tu dulce sonrisa,
retoza fresca como margarita
que siga la fiesta de tu alegría
y Dios permita ser un motivo, de verte así.