te pedí tu mano
y me diste tu cariño,
te pedí una palabra de fe
y me diste una oración.
Te pedí solo un saludo
y me diste tu amistad.
Te escribí un par de versos,
y recibí un elogio.
Aún no te conozco,
pero se que existes.
Presentía tu llegada
y esperaba.
Esperaba...
y al encontrarte!! me rendí,
me rendí,
ante el brillo de tu alma.