Cada aire, cada risa, cada mano y cada aliento
es un trozo de la rima, y de la musa el pensamiento.
Cada noche, cada vida, cada dama y cada acento,
cada hombre, cada día, son del verso el alimento.
Cada uno, cada mío, cada suyo y cada vuestro...
Cantad todos conmigo... ¡qué del poeta sois maestro!