El verso del amor que vive preso
en medio de ventiscas pasionales;
es música de acordes celestiales
que busca de pasión su dulce beso.
El trae del ardor el sello impreso
lo mismo que las huellas invernales;
que dejan esas lluvias torrenciales
con aguas desbordantes del exceso.
La mágica tersura del encanto
que tienen esos cuerpos seductores;
envuelve con ardiente y dulce manto
la llama que despierta los amores;
que inspiran el fogoso y bello canto
bordado en suaves lechos de colores.
Autor: Aníbal Rodríguez.