Nacida en Urdiain, Navarra,
en el año veintitrés,
tras una dolencia larga,
cumplidos setenta y tres,
emprendió su último viaje,
mientras llovían estrellas
Perseidas en su homenaje
y al cielo se fue tras ellas.
Hoy hace un cuarto de siglo
mi amatxo, abnegada madre
de sus bien amados hijos,
la paciente amona Valen
para sus nietos queridos,
se fue, aunque nuestro recuerdo
la preserva de ese olvido
en el que quedan los muertos.
© Xabier Abando, 12/08/2021